Desde la física, y de una forma muy simplificada, podríamos decir que el balance se logra cuando las fuerzas se equilibran y parece quedar todo estático en un punto de equilibrio, punto al cual se puede regresar si se genera alguna fuerza nueva, pero si por cualquier agente externo o interno, algún desbalance de energías… se deja ese punto y no se puede volver, el equilibrio de ese punto en verdad era inestable. En ese intento de volver al punto de equilibrio estable anterior se podría encontrar otro punto de equilibrio diferente, ahí estaríamos frente a que ese punto en realidad era de equilibrio indiferente.
Ahora, cualquier punto de equilibrio no es realmente estático, las fuerzas externas se están equilibrando, a la par de las fuerzas internas, por lo que el balance es una continua danza de flujos de tensiones donde se armonizan todas las energías.
Lo anterior también lo podemos aplicar a nuestro ser y, por consiguiente, a nuestra mente.
Esas fuerzas externas son nuestras experiencias con el entorno, con otros seres, y las fuerzas internas, las experiencias con nuestro interior, con nuestro ser, así el balance es el juego de cómo unas fuerzas afectan a las otras y como éstas se van equilibrando para alcanzar la mejor versión de nosotros mismos, la más transparente.
Lograr el balance de nuestro ser, no implica llegar a un punto de equilibrio de nulo movimiento, por el contrario, es una continua danza de exploración de los extremos de la mente, de modo que ese equilibrio estable se va construyendo o descubriendo, develando, en base a sucesivas secuencias o combinaciones o interacciones de experiencias vividas entre equilibrios inestables e indiferentes, incluso logrando ciertos equilibrios estables respecto de temas particulares, donde ya has podido ver luces de tu ser verdadero, lo que te ha permitido sanar heridas para seguir caminando hacia él.
(FE-2023)
Pregunta: ¿Qué pasa con el punto A de la figura? a) sube, b) baja, c) no se mueve, d) otro, explique.