Vi un hombre despertando al sol, torso desnudo, parado en la cima de una colina, mirando hacia un valle de horizonte infinito que besaba el mar.
Vi un hombre, con un rostro sin tiempo ni espacio, que en cada inspiración anclaba la luz del sol en la tierra y en cada espiración sembraba el viento con aromas gentiles que refrescan la conciencia y fertilizan el espíritu de todo aquel que este dispuesto a conocer la verdadera esencia del ser, aquel que vive en nuestro silencio interior, junto a nuestra llama eterna inmaterial.
Vi un hombre que ya he visto, pero como el tiempo es una invención nuestra para oprimir nuestra real existencia, no sé si fue hoy o milenios pasados o milenios futuros, así todo sus colores abrigaban una frecuencia que hizo vibrar mi corazón en otra dimensión.
Vi un hombre que ya he tocado, pero como el cuerpo es sólo el templo de nuestro espíritu en la búsqueda de su retorno a la luz creadora y no el "todo" con que nuestro falso ego trata de engañarnos para coartar nuestra infinita libertad, aún así pude descubrir que el viaje no tiene límites y que su mano siempre estará en mi mano para entregar el calor del despertar en la nueva era que estamos construyendo.
Vi un hombre despertando al sol, pudo haber sido un sueño... quizás fue un llamado... te invito a buscarlo e invitarlo a caminar junto a ti o mejor dicho en ti...
(FE-2012)
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