Hay lazos que nos liberan
y hay lazos que nos cautivan…
Hay lazos que te permiten cruzar un río,
pero una vez al otro lado,
ya no te sirven para volver,
porque cumplieron su misión,
te hicieron avanzar,
y no está en su naturaleza hacerte retroceder,
a menos que tú
no estés consciente de lo vivido...
Hay lazos que nos unen
y hay lazos que nos separan…
Hay lazos que te ayudan a subir una montaña,
así éstos van siempre hacia arriba,
contigo, mostrándote la cima,
pero en caso de perder el paso
te sostienen y apoyan
para que te vuelvas consciente
de ti y tu camino,
de manera que lo puedas continuar...
Hay lazos que crean vínculos
y hay lazos que los destruyen…
Tú eliges los lazos,
pero ellos también te pueden lazar,
así es que debes reconocer,
libre y consciente,
cuántos son los que necesitas
y cuáles son los suficientes
para lograr la serenidad
de tu silencio interior…
(FE-2012)
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