Existen básicamente tres aprendizajes que debe desarrollar el Ser en el camino hacia su despertar.
El primer aprendizaje consiste en apagar el ego.
En un principio, en busca de su propia satisfacción temporal y material, el ego puede ser el motor y la principal fuente de motivación para que el Ser busque los caminos a lo más profundo de su esencia, donde se encontrará cara a cara con todas sus frecuencias más bajas: miedos, rabias, dudas... así como también con sus frecuencias más altas: alegría, amor... en una etapa siguiente a la anterior.
Ahora como el ego está conectado y limitado por el concepto tiempo, una vez que el Ser comienza a experimentar esas frecuencias bajas, éste busca arrancar, porque comienza a mirarse en un espejo que le muestra su real proyección, limitada y limitante, que lo hace perder su poder sobre el Ser.
Sin ese poder el ego se debilita y el Ser puede continuar su camino hacia las frecuencias altas de su esencia y de su consciencia, pero si el ego triunfa, el Ser nunca podrá llegar más allá de los límites de su total y verdadera experiencia material.
Por lo tanto, para iniciar este camino el ego es un aliado fuerte y fiel, pero no nos puede conducir por el camino completo a nuestro despertar.
El segundo aprendizaje consiste en encender nuestra mente.
Es importante apagar el ego, para que la mente pueda explotar y, así, explorar al Ser más allá de la razón, la cual la hemos limitado por nuestros cinco sentidos materiales.
El trabajo lógico y disciplinado de la mente, le da al Ser grandes herramientas para construir caminos reales y sólidos hacia su esencia.
La ejecución de métodos y estados meditativos contribuyen para que la mente logre conectarse con su Ser y su Fuente, donde podrá obtener mensajes y alineamientos que harán sintonía y sincronía entre todos ellos (mente, Ser y Fuente).
La mente no puede estar al servicio del ego, sino que al del Ser, ya que sólo así este último podrá despertar.
El tercer aprendizaje es el despertar espiritual.
Este es el aprendizaje más sutil de todos, para lo cual es importante que nuestro ego no nos distraiga y que nuestra mente este alineada con nuestro Ser.
Nuestro Ser es en esencia espiritual y este cuerpo material es sólo un traje que nos permite movernos en esta experiencia particular y temporal, en la cual se nos brindan todas las dimensiones de la existencia para descubrir los motivos, visiones y misiones, que nos impulsaron a descolgarnos de la Fuente.
El entender el eterno continuo de nuestro Ser espiritual y como éste se conjuga con nuestro ego, nuestra mente y nuestra(s) vida(s) materiales, nos mostrará nuestro verdadero despertar.
(FE-2013)
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