en los que dejo caer mi cabeza
por las escaleras de la imaginación,
para encontrar a las arañas
que tejieron en mi mente
las telas del olvido,
donde se han quedado atrapados
todos los planetas de mi universo.
Vi un cometa perdido,
entre el sol y la luna,
llevaba en su cola mi canción,
pero en su brillo
se iba el calor de la tarde
en que fuimos sólo un grito de libertad,
aquí, en esta ciudad,
donde tu estrella me trajo.
Nunca nadie me dijo:
que de mentiras se construía la verdad.
Hay noches,
en las que mis pies
no dejan de caminar
por los túneles de la nada,
donde se encuentran los llantos
de aquellos que quisieron ser
y no llegaron a nacer,
como el sol al amanecer.
Vi a un hombre tendido,
entre la luna y el sol,
tenía en su mirada
la tranquilidad de la mañana
y en sus labios guardaba
las palabras que despertarían al mar,
para bañar nuestros cuerpos
con la sal de su dulzura.
Nunca nadie me dijo:
que de sueños se construía la realidad.
(FE-1993)
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