cuando la experiencia aún no resonaba
en la consciencia de un silencio
asfixiado por las palabras
que el destino había ignorado,
para vestirse de libertades
donde un cometa
había anclado su cola,
llevándose los pétalos de una flor
oxidada en el abuso de su perfume
por invertir la sonrisa de un Arcoíris,
siempre compartida con el cielo,
orejas de la tierra,
donde se cuelgan los pendientes
de una humanidad desbordada
por la pérdida de sincronías
con los espectros del infinito jardín
en que se iluminan sus pasos.
Extraño el viento que inundó mis oídos,
justo antes de que las lágrimas bajaran
por los ríos que la soledad construyó
para habitar los espacios
donde la ausencia había dejado cicatrices
que sólo una luna podía aliviar,
en las aguas de un vientre
creador de danzas y alabanzas,
estación desde donde todo origen
tiene una semilla
que alberga los sueños
de un nuevo despertar al sol,
entre melodías lanzadas
al abismo de una realidad confundida
con la ansiedad de una razón
que no descansa
para ocultar su temor
a la eternidad del tiempo.
Extraño...
por lo extraño que fue...
ser fuera del ser...
(FE-2013)
por invertir la sonrisa de un Arcoíris,
siempre compartida con el cielo,
orejas de la tierra,
donde se cuelgan los pendientes
de una humanidad desbordada
por la pérdida de sincronías
con los espectros del infinito jardín
en que se iluminan sus pasos.
Extraño el viento que inundó mis oídos,
justo antes de que las lágrimas bajaran
por los ríos que la soledad construyó
para habitar los espacios
donde la ausencia había dejado cicatrices
que sólo una luna podía aliviar,
en las aguas de un vientre
creador de danzas y alabanzas,
estación desde donde todo origen
tiene una semilla
que alberga los sueños
de un nuevo despertar al sol,
entre melodías lanzadas
al abismo de una realidad confundida
con la ansiedad de una razón
que no descansa
para ocultar su temor
a la eternidad del tiempo.
Extraño...
por lo extraño que fue...
ser fuera del ser...
(FE-2013)
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