Un suave brillo
se asoma por mi ventana,
con aromas sin tiempo,
vestidos de colores
que rompen una estación
dibujada bajo largos silencios,
armadura proyectada,
por el miedo a soñar
sueños que no son sueños
sino la consciente consciencia
de ser donde se está.
Una suave brisa
acaricia mi rostro,
grabando mis lágrimas
en cada rincón de mi piel,
porque en sus cristales
se van guardando mensajes,
compartidos por lejanos suspiros,
que no dejan de cantar
más allá del olvido impuesto
por un deber ser
que embriagaba mis pasos.
Ahora te pregunto:
La realidad que vives es la que imaginas?
Cuánta calma y tranquilidad hay en la realidad que vives?
Cuándo dejarás de vivir la realidad que otros imaginan?
Te invito a liberar tu imaginación
para que construyamos realidades
que exploten el amor y la verdad
dentro de cada uno de nosotros...
Namasté
(FE-2014)
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