El ir y venir
ni viene ni vaparece que gira
en una silueta.
Aromas sin retorno
en las esquinas
de mi nube
fui dejando sueños.
Flores secas
danzan al amanecer
con nuevas melodías
de suaves humedades.
El decir ilumina
lejanos silencios
para desnudar
palabras infinitas.
Cada día
tiene su noche
cada luna
tiene su sol.
Las cadenas
lloran su libertad
bajo los suspiros
de ríos de sangre.
El haber y tener
alimenta deseos
de otras calles
sin fin ni destino.
Difícil contar estrellas
desde los ojos
anclados al naufragio
el éter esencial.
(FE-2017)
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