Vision...

Me encontré con este escrito... no sé si lo escribió Fran o lo escribí yo... pero debe de haber salido de alguna conversación en alguna dimensión en la que convergimos y que hoy debía florecer nuevamente...

El cerebro, hogar de nuestra mente, nuestro vínculo receptor del todo, mediante el entrenamiento que recibe en nuestra época, comprende en forma bastante normal hasta la tercera dimensión, la del volumen, la de las "cosas", lo material, la mecánica de la producción, las instrucciones, la lógica, el conocimiento, el intelecto. La tercera dimensión es el cántaro que sostiene tus conocimientos.

Quien quiera, o quien se sienta llamado a, experimentar la cuarta dimensión, espacio-tiempo, requiere una mente preparada para aceptar una amplitud particular de pensamientos, donde el hoy, el mañana, y el ayer, se funden en un presente infinito, tus recuerdos no te importunan, tus anhelos futuros no te condicionan. Los pensamientos pasados aparecen en tu presente, como también puedes encontrar tus respuestas futuras a situaciones que comienzan.

La cuarta dimensión es la comunicación entre los diferentes cántaros de conocimientos que se nutren entre sí, los pasados y los futuros, fluyendo hacia tu presente. Así, en el cántaro del presente, nutrido por sus experiencias pasadas y futuras, florece la prudencia del conocimiento, la discriminación honesta pacífica y con visión elevada, también conocida como sabiduría.

En las siguientes dimensiones, donde los distintos planos espacio-tiempo se superponen formando nuevos planos cada vez más sutiles dado que el espacio y el tiempo se van difuminando, por lo cual se requiere una mente preparada para la ausencia de pensamientos, además de un cuerpo cada vez más liviano y equilibrado, que se extrapola a si mismo como un todo y se proyecta hacia un nuevo vacío sin perder la experiencia adquirida. En esos nuevos planos vacíos encuentra la compañía de otros seres ascendidos de distintos orígenes, y tiempo, donde obtiene guía y complementación, y una particular comprensión de la totalidad que disuelve las barreras creadas en los planos inferiores, en estos puntos, la cercanía con la fuente, la presencia del antiguo, se hace cada vez más distinguible, es una luz al final de la percepción, una luz que otorga paz, infinito amor, aún cuando sea sólo una pequeña presencia, desde aquí en adelante, el camino se construye a través de reconocer que la energía es siempre el origen y la materia su mera manifestación o resultado, por lo cual el ser despierta a su verdadera magnitud infinita y eterna...

(Fran/FE-2013)