“Si hay alguien o algo que me ha herido en el pasado, consciente o inconscientemente, lo perdono y lo libero.” (*)
El alma se va refrescando en cada esquina del tiempo, donde converge en un espacio, en el cual se manifiesta como expresión de un suspiro, una suave brisa llamada verdad, fragmentos de una realidad en continuo movimiento.
Una rueda que gira sobre un eje que atraviesa los horizontes de cada dimensión, conectando el conocimiento con la comprensión para la liberación de la mente de la gota de rocío que la vio nacer y así ir al encuentro del todo que contiene y la contiene.
“Si he herido a alguien o a algo en el pasado, consciente o inconscientemente, lo perdono y lo libero.” (*)
De los elementos conocidos se van componiendo los pasos en un camino sin origen ni destino.
De los elementos desconocidos se van construyendo los puentes que cruzan los ríos de la ignorancia, por la soberbia de egos apegados a juicios ciegos a la impermanencia.
Origen y destino no tienen sentido en el viaje álmico, ya que uno está en el otro y el otro está en uno, giros de la rueda.
“Si me he herido en el pasado, consciente o inconscientemente, lo perdono y lo libero.” (*)
Los ojos miran hacia adelante un reflejo que va quedando atrás y en cada parpadeo los pensamientos danzan buscando sincronizar con los sentimientos que emanan del corazón y así evitar la ruido que dificulta el giro de la rueda.
En la simpleza hay una realidad tan grande que confunde nuestros sentidos, llevándolos a navegar por las aguas turbulentas de la duda, con las velas del miedo.
Respira hondo y abraza ese diamante que eres, sólido, estable, transparente y brillante.
(FE-2021)
(*) “Oración del Perdón” desde los Registros Akashicos.
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