Tengo…

Descubro en la ofrenda
los aromas de mi perdón
en los campos del algodón 
cruzados por la leyenda
de un río que enmienda
viejos viajes espectrales
entre planetas y soles
en los tiempos a destiempo
en los silencios del cuerpo
en los espacios circulares.

Tengo la piel en la roca
tengo mis dolores ciegos
tengo las manos sin egos
tengo la voz en tu boca
tengo un sueño que toca
la piel que cubre la noche
los dolores que reproché
las manos que te recorren
las voces que te acogen
en los sueños que olvidé.

Encuentro las melodías
en un horizonte claro
danzando en el conjuro
de las lejanas alquimias
reflejadas en vendimias
de valles desconectados
del camino de los bardos
el corazón universal
dentro de un grano de sal
como los ojos alados.

(FE-2021)